Volver a México bajo la dictadura de Victoriano Huerta Sección anterior: Victoriano Huerta se convierte en presidente

El general Victoriano Huerta asumió el control del gobierno después de los asesinatos del presidente Francisco Madero y del vice-presidente José Pino Suárez. Tan pronto como se enteraron de lo sucedido, muchos mexicanos empezaron a llamarlo “El Usurpador”, se negaron a reconocer su gobierno y se declararon en rebelión. Entre estos se encontraban antiguos partidarios del presidente asesinado, Venustiano Carranza, Pancho Villa y Álvaro Obregón, en el norte del país, y Emiliano Zapata, que se opuso a su presidencia, en el sur. Aunque necesitarían tiempo para organizar sus ejércitos para la batalla, al final conseguirían derrocar a Huerta el 15 de julio de 1914.

El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, declara la guerra

Después de enterarse de los asesinatos del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez, Carranza se preparó para la guerra. El 26 de febrero, Carranza retiró cincuenta mil pesos del banco americano Mexican Bank El Saltillo e informó al presidente estadounidense Taft de su intención de luchar contra Huerta. El 1 de marzo, Carranza retiró oficialmente su reconocimiento a la presidencia de Huerta.

El primer aliado de Carranza fue José María Maytorena, del estado de Sonora, cuyos oficiales más importantes, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Benjamín Gil y Salvador Alvarado, eran vehementemente anti-Huerta. Sonora retiró su reconocimiento a la presidencia de Huerta el 5 de marzo de 1913. En Chihuahua, bajo el líder rebelde Francisco “Pancho” Villa, al frente de un ejército de miles, se alió a Carranza. El 26 de marzo, Carranza anunció el Plan de Guadalupe por el que acusaba a Huerta de traición y retiraba formalmente el reconocimiento a su presidencia. El Plan rechazaba la legitimidad de los gobernadores pro-Huerta y nombraba a Carranza Primer Jefe del Ejército Constitucional. El 28 de marzo, los estados de Coahuila, gobernado por Carranza, Chihuahua, bajo Villa, y Sonora, ahora representado por Obregón, ofrecieron su pronunciamiento formal de defección. Unas semanas más tarde, cada uno de ellos envió representantes para reunirse en Monclova, Coahuila, con el objetivo de finalizar el tratado y acordar luchar hasta el final e informaron al recientemente inaugurado presidente Wilson de su declaración de guerra.

Como respuesta, Huerta retiró de su cargo a cualquier gobernador que simpatizara con la rebelión, reemplazándolos por militares de lealtad incuestionable. Los exgobernadores se aliaron con Carranza. Huerta contactó con Pascual Orozco en Chihuahua y Emiliano Zapata en Morelos. Huerta acordó reconocer a los hombres de Orozco como tropas federales, abastecerlos con municiones federales, y pagarles un salario federal con pensiones por viudedad y orfandad, y promulgó de manera inmediata una extensa reforma agraria. Después envió al padre, y consejero, de Pascual Orozco para negociar con Zapata y convencerle, pero éste arrestó a los delegados de Huerta. El rechazo de Zapata significó que Huerta tuvo que enfrentarse a una guerra con dos frentes.

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Álvaro Obregón (1880–1928)

Álvaro Obregón nació el 19 de febrero de 1880, el menor de 18 hermanos. Sus padres eran unos aparceros pobres en Sonora. Obregón trabajó como trabajador agrícola, mecánico, agente de viajes, y maestro de primaria. Finalmente, en 1905 compró una pequeña parcela, a la que llamó “La Quinta Chilla.” A finales de 1911, Obregón fue nombrado presidente municipal de su pueblo, Huatabampo. Madero ya había declarado el Plan de San Luis Potosí, había enviado al expresidente Porfirio Díaz al exilio y había sido elegido presidente. La Revolución ya estaba en marcha cuando Obregón fue nombrado presidente municipal, pero no tenía interés en unirse al movimiento del presidente Madero.

Obregón se unió a la Revolución en 1912 cuando Pascual Orozco se rebeló y la violencia amenazaba con extenderse a Sonora. Se enlistó en la milicia del estado y fue nombrado teniente en el 4º Batallón de Irregulares. Un estratega natural, sus tácticas eran innovadoras y poco convencionales y muchas veces desobedeció órdenes directas para derrotar a las fuerzas de Orozco. Después de su victoria, Obregón se retiró a la vida civil en Sonora.

Cuando Huerta se convirtió en presidente, Obregón se unió inmediatamente a la oposición. Con el permiso del gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta, Obregón se unió a las fuerzas de Venustiano Carranza y aceptó su Plan de Guadalupe en septiembre de 1913. El 30 de ese mismo mes, Carranza lo nombró Comandante en Jefe del Ejército Constitucional del Noroeste. Después de su victoria en Culiacán en noviembre de 1913, Obregón aseguró el control sobre Sonora, Sinaloa, Durango, y Baja California. Chihuahua continuó siendo territorio villista.

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Venustiano Carranza y Francisco "Pancho" Villa en 1913

Venustiano Carranza, un exsenador de Coahuila durante el régimen de Díaz se había aliado con Madero en los albores de la Revolución. Carranza se nombró a sí mismo jefe del Ejército Constitucionalista y Primer Jefe de la Revolución contra Huerta después de los asesinatos del presidente Madero y del vicepresidente Pino Suárez. Se negó a usar tropas federales para reforzar su ejército local, pero carecía de una seria experiencia en combate.

Villa regresó a Chihuahua el 6 de marzo de 1913 con la ayuda financiera de consejeros de Carranza. Aunque formó rápidamente un gran ejército, pronto se percató de que los líderes locales estaban más interesados en sus propias agendas. Tuvo que convencerlos de sus cualidades militares y que tendrían que pensar en un gobierno nacional democrático y socialmente justo. Si él quería que lo ayudaran, tendría que demostrar su liderazgo militar. En un enfrentamiento con el General Manuel Chao, un ex maestro de escuela, se mostró más rápido y decisivo en la batalla. Gracias a este incidente, Villa fue nombrado comandante de la División del Norte. Villa siempre se negó con rotundidad a pedir ayuda a los aldeanos pobres o a los ciudadanos de Estados Unidos para financiar su movimiento, centrándose, por el contrario, en los hacendados ricos. El presidente Wilson reconoció de manera no oficial la actitud de Villa y permitió el envío de armas norteamericanas a los revolucionarios.

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Intereses petroleros en Veracruz: un mapa

Este mapa muestra la ubicación de los pozos de petróleo de Pánuco y de los ferrocarriles que conectaban las plantas de procesamiento del crudo en Tampico con Veracruz, el puerto principal para la exportación de petróleo mexicano. La línea Tampico-Veracruz se cruzaba con el Ferrocarril de Tehuantepec. Durante el porfiriato y después durante las presidencias de Madero y Huerta, los inversores extranjeros en México trataron de controlar esta ruta ferroviaria, porque quien controlara Pánuco y el Ferrocarril de Tehuantepec podría transportar petróleo de manera eficiente y económica a barcos en el Océano Pacífico, los cuales suministraban petróleo a las colonias en Asia, India y África Oriental.

Las potencias europeas querían el petróleo para abastecer a las tropas y tanques que luchaban en la Primera Guerra Mundial, así como también, a sus colonias, contribuyendo con ello a la expansión de sus imperios y otros intereses en el extranjero. Los británicos, por ejemplo, usaron los beneficios derivados de El Aguila Oil Company junto con el petróleo descubierto en Oriente Medio para mantener el Imperio Británico hasta la II Guerra Mundial. Estados Unidos quería asegurar su control sobre el Hemisferio Occidental, por lo que mantener un monopolio sobre el petróleo mexicano y su distribución internacional, eran esenciales para mantener esa hegemonía regional. Mientras, tanto las fuerzas constitucionalistas como las federales, querían el control del petróleo para afirmar la soberanía mexicana, asegurar el desarrollo económico, y fomentar el progreso social.

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Las primeras derrotas de Carranza

Al principio Carranza no pudo reclutar y adiestrar a las tropas necesarias para combatir contra las experimentadas fuerzas federales. Cuando luchó contra el ejército federal en Coahuila, sus primeras batallas fueron un desastre. El 7 de marzo de 1913, tropas federales al mando del general Fernando Trucy Aubert atacaron la Hacienda de Anhelo y forzaron a Carranza a retirarse de su cuartel general político. Dos semanas más tarde, tropas federales avanzaron hasta Saltillo, la capital del estado, destruyendo a las fuerzas de Carranza e infligiéndole más de 400 bajas.

Carranza continuó con su rebelión e incluso forjó alianzas al mismo tiempo, incluso, que el ejército de Huerta avanzaba y ganaba terreno. En septiembre, Carranza tuvo que cruzar la frontera hacia a Sonora, donde se unió a Obregón, que consiguió una serie de victorias impresionantes, inyectando nueva vida a la moribunda rebelión. Muchos estudiosos creen que si Huerta hubiera impedido que Carranza se uniera a Obregón, es posible que hubiera podido pacificar el norte y salvar su presidencia. Sin embargo, Huerta retiró la mayor parte de sus tropas para enfocar su atención en Zapata en Morelos.

Las fuerzas federales marcharon a Coahuila desde el sureste, tomando primero la Hacienda de Anhelo y luego Saltillo, la capital del estado. Carranza huyó por el noroeste, por Chihuahua hacia el cuartel general de Obregón en Nogales, Sonora, donde negoció con los Estados Unidos por el reconocimiento formal de la Revolución. El mapa muestra el estado de Coahuila con Saltillo - el lugar de la derrota más grande de Carranza - claramente marcado.

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La alianza de Carranza con Álvaro Obregón y la Revolución contra Victoriano Huerta

Obregón regresó al ejército en marzo de 1913, cuando el gobernador interino de Sonora lo nombró jefe de su ejército. Para mayo, Obregón y sus comandantes sonorenses habían derrotado a todas las fuerzas federales allí, excepto por el puerto de Guaymas en el Pacífico, y Sonora pronto llegó a conocerse como un refugio seguro contra Huerta. Obregón se unió a las fuerzas Constitucionalistas de Venustiano Carranza y a mediados de 1913 firmó el Plan de Guadalupe. Las alianzas que Carranza forjó con militares como Obregón, le permitieron centrarse en cuestiones políticas. Cuando su propio estado de Coahuila se hizo demasiado peligroso para él, Carranza tuvo que salir hacia Sonora el 14 de septiembre de 1913. Cuando Obregón marchó al rescate del Primer Jefe, los sonorenses derrotaron fácilmente a las tropas federales y adquirieron una gran reputación por proteger a Carranza.

Carranza entonces nombró a Obregón Comandante en Jefe de las Fuerzas Constitucionalistas en el Noroeste, lo que oficialmente lo ascendió al rango de general. Después de recibir sus responsabilidades militares nacionales, Obregón marchó al sur hacia Sinaloa. Las fuerzas de Obregón asumieron el control de territorios en Sonora, Sinaloa, Durango, y Baja California en noviembre de 1913. Sin embargo, en octubre de 1913, Carranza nombró a Felipe Ángeles como su Secretario de Guerra, pero, al mismo tiempo, intentó calmar a Obregón recordándole que el mando a nivel local todavía estaba en sus manos. Al final, la cólera de Obregón forzó a Ángeles a unirse a Francisco "Pancho" Villa a principios de 1914.

En abril de 1914 los Estados Unidos invadieron Veracruz. Obregón temía que los EE.UU. declararan la guerra a Huerta y empezaran a bombardear más puertos mexicanos. Él recomendó que Carranza declarase la guerra a EE.UU. si éstos continuaban con la invasión o firmasen un tratado de paz con Huerta. Entre el 6 y 7 de julio, las tropas de Obregón avanzaron hacia la ciudad de Guadalajara y derrotaron decisivamente a las fuerzas federales después de una batalla de 36 horas. Después de unas negociaciones entre Obregón y Eduardo Iturbide, el gobernador del Distrito Federal de la Ciudad de México, las tropas de Obregón ocuparon la ciudad capital el 15 de agosto de 1914 y declararon la ley marcial. Las tropas federales se retiraron sin ser atacadas. Tres días después de haber entrado en la ciudad, Obregón visitó la tumba del ex-presidente Francisco Madero, lugar donde presentó su pistola a María Arias, una destacada manifestante que se pronunció públicamente en contra del asesinato de Madero. De acuerdo con Obregón, Arias merecía ese honor por el coraje que había demostrado, mientras que los hombres habían permitido que Huerta usurpara el poder.

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El cambio de suerte de los Constitucionalistas en Sonora

Aunque las tropas federales derrotaron fácilmente a las fuerzas Constitucionalistas en Coahuila, en Sonora Álvaro Obregón su fue a la ofensiva. El 14 de marzo, atacó y tomó la posición federal en Nogales, en la zona fronteriza entre Arizona y Sonora. El 24 de marzo, Obregón tomó Cananea justo cuando Carranza anunció el Plan de Guadalupe.

Obregón triunfó de otras maneras. Después de su victoria en Nogales, su ejército aumentó a 8.000 hombres, mientras que el de Huerta no era más de 2.000. El 8 de abril, Obregón atacó Naco, en la frontera con Arizona, un golpe psicológico para las fuerzas federales. Aunque las tropas de Huerta resistieron por cinco días, Obregón usó el asedio de la ciudad para probar nuevas tácticas y aplastó a las fuerzas federales el 12 de abril. El amigo y comandante aliado de Obregón, Benjamín Gil, tomó simultáneamente la ciudad de Los Álamos para los rebeldes. Las victorias de Obregón continuaron durante el verano.

El presidente Woodrow Wilson envió diplomáticos a Nogales y Naco en el otoño de 1913, después de que Carranza se uniera a las fuerzas de Obregón en Sonora. Carranza se aseguró el reconocimiento de Estados Unidos de la causa Constitucionalista, lo que legitimaba su Revolución internacionalmente, y permitió a Estados Unidos enviar municiones a Villa y Obregón.

Las fotografías que se ven aquí muestran a la ciudad de Naco durante el asedio de Obregón. La primera muestra a sus tropas atrincheradas disparando sobre la ciudad. La segunda muestra a las tropas de artillería del sub-comandante de Obregón, Benjamín Hill. Las imágenes fueron donadas a la Biblioteca del Congreso por el general Hugh Lennox, quien más tarde se convertiría en Jefe del Estado Mayor del Ejército de los Estados Unidos. Hoy forman parte de una colección de 25 postales fotográficas que muestran la destrucción de Naco durante la Revolución Mexicana.

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Las victorias de Francisco "Pancho" Villa en Chihuahua

Huerta sabía que para mantenerse en la presidencia tenía que conquistar Chihuahua, un territorio bien conectado con Estados Unidos mediante ferrocarril, el cual también servía de conducto para las comunicaciones entre Coahuila y Sonora. Huerta arrestó y asesinó al popular gobernador maderista Abraham González. El presidente amnistió a Pascual Orozco e incorporó sus tropas al ejército federal. Él no esperaba que en Chihuahua se promulgasen reformas sociales y envió a Orozco a suprimir a los cada vez más radicales movimientos. Por ejemplo, los campesinos de Namiquipa, tomaron a la fuerza las tierras que les habían sido arrebatadas por la Ley Creel de 1905 y las repartieron entre sus habitantes indígenas, pero el ejército las devolvió a los hacendados. Tales actos hubieran sido inimaginables durante la presidencia de Madero.

A finales de febrero de 1913, cuando Villa regresó a Chihuahua, encontró que el estado se estaba armando contra Huerta. Villa creía que los mexicanos tenían que abolir el sistema de castas basado en raza, el ejército federal, y los hacendados de la clase alta. A principios de marzo había organizado las tropas de los rebeldes de Chihuahua Manuel Chao, Tomás Urbina, Rosalio Hernández y Toribio Ortega en una alianza más o menos coordinada y les permitió combatir dentro de sus propios territorios donde poseían tanto el conocimiento del terreno como de las gentes. Los animó a que usaran tácticas de la guerra de guerrillas, robando a los ricos y partidarios de Huerta, y a redistribuir las riquezas entre las masas de Chihuahua. En abril de 1913, Chao tomó la ciudad de Parral sin ayuda, la primera gran victoria de los rebeldes en Chihuahua. En junio, el propio Villa tomó Nuevas Casas Grandes, demostrando que podía derrotar a las tropas federales. En ese mismo mes, el aliado de Villa, Tomás Urbina, tomó Durango para la nueva coalición villista. En agosto, Villa derrotó al general Félix Terrazas en San Andrés.

Huerta dio a Pascual Orozco control absoluto sobre todas las fuerzas federales en Chihuahua. Orozco tomó ciudad tras ciudad durante el mes de agosto y para septiembre había movilizado a la élite de Chihuahua. Los rebeldes eligieron a Villa como comandante supremo de la famosa División del Norte. Villa decidió tomar Torreón, una de las ciudades más importantes del norte de México y punto central del comercio con Estados Unidos. El 26 de septiembre de 1913, Villa tenía cerca de 8.000 hombres bajo su mando y, en una serie de incursiones relámpago y ataques frontales sin precedente, superó la posición federal. En menos de una semana, Villa destruyó al grueso de las tropas federales en Chihuahua.

Su siguiente paso fue avanzar hacia Ciudad Chihuahua, pero las experimentadas tropas de Orozco repelieron fácilmente su avance con fuego de saturación de la artillería. Villa se reagrupó y planeó tomar Ciudad Juárez capturando un tren de suministros federal, poniendo a 2.000 hombres a bordo. En cada estación, sus tropas lanzaron ataques sorpresa contra las tropas federales para capturar el objetivo. Una vez que las tropas federales en Ciudad Juárez quedaron aisladas, Villa se avalanzó sobre la ciudad. El 23 de noviembre de 1913 atacó la capital de Chihuahua. La batalla duró tres días; en el tercer el general reconoció que no podía tomar la ciudad fronteriza, por lo que capturó un tren federal de abastecimiento y puso a 2.000 de sus hombres a bordo. Las tropas de Villa lanzaron un ataque sorpresa en cada estación hasta capturarla, en consecuencia dejando a las tropas federales en Ciudad Juárez completamente aisladas. Una vez asegurado el control sobre la ciudad, Villa puso sus miras sobre la capital de Chihuahua.

Villa comenzó la lucha por Tierra Blanca el 23 de noviembre de 1913 contra unas tropas federales con mayor capacidad de fuego. Pero, en el tercer día de la batalla, Villa cambió de táctica y ordenó a sus tropas avanzar de frente contra el fuego de artillería y atacar los flancos. Por otro lado, Villa se aseguró de que un tren cargado de dinamita embistiera contra la retaguardia de la posición federal, causando su rendición el 26 de noviembre, y Villa finalmente conquistó Chihuahua.

Retrato del comandante de Chihuahua, Pancho Villa, en un perfil de tres cuartos, entre 1910 y 1915. Bain News Service, publisher. [between 1910 and 1923]. Prints and Photographs Division, Library of Congress. PR 13 CN 2012:147.11

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El Mayor Luis Bule

Luis Bule, un cacique bajo Juan (Temabiate) Maldonado, se convirtió en un comandante de guerreros Yaqui después de la muerte de su jefe. Bule estuvo al frente de sus hombres en las Guerras Yaqui (1880-1908), curtiéndose como guerrero en las batallas de Sierra Bacatete (25 de julio de 1906), San Lorenzo y El Tunal (29 de diciembre de 1906), Los Arrayle (mayo 1907) y Cañón de los Algodones. Después de que las tropas federales lo capturaran, él y sus hombres fueron trasladados a Yucatán como prisioneros. La participación de Bule en la Revolución Mexicana comenzó con su lealtad al ejército federal, asumiendo el mando de las Fuerzas Auxiliares Yaqui, donde alcanzó el rango de mayor. Aunque sus fuerzas defendieron puestos federales en Sonora, Bule y casi todos los Yaqui pronto abandonaron el ejército nacional para luchar al lado de los rebeldes. Para el 9 de mayo de 1913, el mayor Bule se encontraba a las órdenes de Obregón, quien tenía muchos Yaquis luchando con él, en la Batalla de Santa Rosa. Murió en esa batalla, el 12 de mayo de 1913.

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La Revolución se extiende y Huerta intenta traer la paz

Los muchos asesinatos, arrestos, creciente militarización, y represión, que Huerta llevaba a cabo convencieron incluso a sus simpatizantes que tenían que derrocarlo. Sin embargo, a muchos tampoco les gustaba Carranza y desconfiaban de su Alianza Constitucionalista. Durante la primavera y principios del verano de 1913, trece estados (Chiapas, Colima, Durango, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, y Yucatán), también se declararon en rebelión, pero permanecieron aislados y sin coordinación o comunicación entre ellos.

Huerta se enfrentó a cada rebelión de manera independiente y enviaba tropas o negociadores de acuerdo con la situación. La mayoría de las veces reprimió violentamente a los rebeldes y se negó a escuchar sus demandas. Pero en algunas, el presidente llegaba a acuerdos con los líderes rebeldes y les otorgaba ciertos privilegios a cambio de su apoyo y el uso de sus tropas para aplastar rebeliones en las regiones vecinas. También envió negociadores privados para tratar con los líderes rebeldes y pedirles que depusieran sus armas, pero ninguno aceptó. Huerta esperaba pacificar el país rápidamente, a través de acuerdos individuales, y después consolidar sus tropas para combatir a Carranza sin temor a múltiples ataques contra su posición. Pero mientras Huerta se encontraba atado en tantos conflictos que parecían insolubles, Carranza fortaleció su posición y se preparó para intensificar la guerra.

Los Estados Unidos estaban muy interesados en seguir el curso de la Revolución. Con tal fin, la Rand McNally Map Company publicó en 1914 un atlas especial del Hemisferio Occidental titulado "Atlas of the Mexican Revolution" con una sección específica detallando los levantamientos revolucionarios en los diferentes estados mexicanos.

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La campaña de Huerta en el sur

Huerta dejó de negociar con los rebeldes y comenzó su campaña militar en Morelos. En abril de 1913 Huerta nombró al general Juvencio Robles comandante de las fuerzas federales en Morelos y declaró al estado bajo control militar. Robles arrestó y encarceló a todos los miembros del gobierno estatal. El arresto del gobernador no hizo sino alienar a los pocos moderados que quedaban en Morelos, por lo que se unieron a Zapata. A finales de abril, Zapata capturó la ciudad de Jonacatepec. Zapata perdonó al general enemigo y lo invitó a unirse a la rebelión. El movimiento Zapatista se extendió ahora por Guerrero y Puebla.

El general Robles adoptó una política de contrainsurgencia feroz. Masacró a los habitantes de ciudades y pueblos sospechosos de ayudar a simpatizantes de los Zapatistas; llevó a cabo ejecuciones indiscriminadas y torturas públicas. También permitió campos de repoblación para dispersar a las comunidades indígenas. Zapata respondió con una escalada de la guerra de guerrillas y comenzó una campaña de terror contra las fuerzas federales. Los dos bandos vestían en ropa ordinaria, por lo que nadie sabía quién era quién, y muchos simplemente huyeron a otros estados. El 2 de octubre de 1913, el presidente puso al general Adolfo Jiménez Castro a cargo de Morelos, pero nadie fue capaz de arrebatarle el control a Zapata.

Las fotografías que se muestran aquí fueron tomadas por el Bain News Service y muestran la violencia que caracterizó el periodo de 1913 a 1916. Aunque los lugares donde fueron tomadas siguen sin conocerse, las escenas que se ven aquí podrían ser de Morelos, ya que tanto el general federal Robles, como el general rebelde Zapata, usaban terrorismo y ejecuciones públicas para amenazar el otro.

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La División del Norte toma Torreón

Aunque Villa había demostrado sus cualidades de mando, sus fuerzas necesitaban adiestramiento antes de que pudieran convertirse en un ejército fuerte y unido. La primera prueba del liderazgo de Villa tuvo lugar en septiembre de 1913 en Torreón, una ciudad en el centro-norte de México con extensas conexiones ferroviarias a los Estados Unidos y a todo México. Las tropas federales subestimaron a las fuerzas rebeldes y enviaron muy pocos efectivos para defender la ciudad, por lo que la División del Norte consiguió una victoria fácil. Una vez terminada la batalla, Villa ofreció a los soldados federales que habían sido capturados a elegir entre una ejecución o a unirse a su ejército. Esta política le permitió aumentar sus fuerzas considerablemente durante el transcurso del periodo revolucionario.

Después de Torreón, Villa permitió que las familias de los soldados pudieran acompañarles. Este incentivo le permitió aumentar el número de soldados de manera dramática. Algunas mujeres incluso se convirtieron en Villistas, participaron en combates, y se las conocía como "soldaderas". Otras no lucharon, prefiriendo cuidar de los soldados y permanecer al margen.

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Los ferrocarriles y la Revolución

La aparición de los ferrocarriles después de 1880 tuvo un gran impacto en los medios de transporte. La disponibilidad de trenes impactó la Revolución de manera especial, ya que permitieron tanto a las fuerzas federales como a las rebeldes, desplazarse rápidamente a regiones que de otra manera hubieran sido casi inaccesibles. Si no contaran con los trenes como medio de transporte, los líderes revolucionarios habrían tenido muchas más dificultades para atraer soldados a su causa.

Los rebeldes del norte de México fueron los que más se beneficiaron por los ferrocarriles, ya que Chihuahua estaba muy bien conectada con Ciudad Juárez, El Paso, Torreón y la Ciudad de México. Pancho Villa utilizó los trenes con mucha frecuencia en la Revolución, y muchas de sus victorias se pueden atribuir a este factor. Quizás una de sus más celebradas victorias tuvo lugar en Ciudad Juárez en noviembre de 1913. Después de capturar un tren de mercancías en dirección a esa ciudad, Villa sustituyó el cargamento que llevaba por varios miles de sus hombres. Cuando llegó a Ciudad Juárez por la noche, las fuerzas federales no pudieron defenderse y los rebeldes la tomaron fácilmente. Aunque Villa gozaba de una ventaja por su fácil acceso al ferrocarril, muchos otros líderes, como Obregón, no tenían la misma suerte, por lo que se encontraban en una situación de gran desventaja.

En el Archivo de Recortes de Periódicos de la Revolución Mexicana de la División Hispánica, hay una selección de casi 500 artículos de Estados Unidos que incluyen actualizaciones diarias de los primeros años de la Revolución, de febrero de 1911 a febrero de 1913. Muchos de los recortes hacen referencia a las condiciones de los ferrocarriles internacionales, ya que eran de gran interés para Estados Unidos. También describen la destrucción de rieles y puentes en el estado de Chihuahua, un fenómeno muy frecuente durante todo el conflicto. Arriba se muestra un mapa de la Geography and Map Division de la Biblioteca del Congreso que representa, a escala, los ferrocarriles en EE.UU. y México.

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Las victorias de Villa en Ciudad Juárez y Ciudad Chihuahua

En noviembre de 1913, después de la batalla por Torreón, Villa intentó tomar Ciudad Chihuahua, pero sin éxito. Sus fuerzas fueron aplastadas por el ejército federal y obligadas a retirarse después de mucho derramamiento de sangre. En un intento por llevar la iniciativa y recuperarse, Villa intentó tomar rápidamente Ciudad Juárez. Las fuerzas villistas lograron capturar un tren federal en dirección a Ciudad Juárez y llenarlo de soldados. Cuando llegó a la ciudad, las tropas villistas derrotaron fácilmente a las federales, ordenando la ejecución de la mayoría de los oficiales federales al día siguiente. Las ejecuciones empañaron la imagen de Villa, porque la mayoría de ellas habían tenido lugar por la noche. Sin embargo, el apoyo del presidente Wilson a Villa era tan sólido que, a pesar de rechazar las ejecuciones públicas en Ciudad Juárez, no había perdido la confianza de que podía derrotar a Huerta.

Después Villa llevó a sus tropas a Tierra Blanca, a las afueras de Ciudad Chihuahua. La batalla fue violenta y concluyó con numerosas bajas. Villa y sus tropas derrotaron a las fuerzas federales en Tierra Blanca y tomaron Ciudad Chihuahua fácilmente después de la batalla. Con esta victoria, Villa se convirtió en el líder político de facto en Chihuahua.

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1913–1914: La rebelión de Zapata contra Huerta

El presidente Huerta intentó negociar una paz con Zapata, pero éste continuó con la rebelión. En febrero de 1913, Zapata atacó Tlalpan, en el Distrito Federal, diciendo a sus seguidores que Huerta aparentaba negociar una paz, pero no tuvo más éxito que su predecesor. Para septiembre de 1913, Huerta había perdido todo el control en las zonas rurales de Morelos.

La guerra entre los zapatistas y los federales de Huerta se tornó más violenta a medida que los generales federales Juvencio Robles y Luis G. Cartón comenzaron a ahorcar a zapatistas. En marzo de 1914, Zapata capturó a Cartón en Chilpancingo, Guerrero, y lo ejecutó como represalia. En el verano de 1914 los zapatistas controlaban Morelos y vastos territorios en otros estados cercanos, y ya tenían sus ojos puestos en la Ciudad de México.

Cuando EE.UU. invadió Veracruz, Huerta replegó sus tropas a la Ciudad de México, por temor a que EE.UU. continuara avanzando. Zapata y los otros revolucionarios se aprovecharon del vacío de poder y tomaron el control de cuatro distritos federales a las fuerzas federales que se estaban retirando. Zapata estaba enfurecido por la invasión pero, al mismo, no se imaginaba en una alianza con Huerta. En cambio, Zapata se comprometió a defender a la república si fuera necesario. Cuando Huerta dimitió el 15 de julio de 1914, Zapata afirmó que su revolución continuaría hasta que todos los hombres de Huerta dejaran sus puestos y fueran reemplazados por un gobierno comprometido con el Plan de Ayala.

Anuncio sobre el funeral de Zapata; publicado en 1914 durante el confuso periodo de la Revolución en el que los mexicanos del sur no estaban seguros a quién seguir después de la muerte de Madero. El artista, José Guadalupe Posada, falleció antes de la publicación de esta octavilla por Antonio Vanegas Arroyo. La editorial lo publicó prematuramente al pensar que Zapata había muerto en unas escaramuzas con las tropas de Huerta.

"El Entierro de Zapata." Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ppmsc-04583

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Las dos batallas por Torreón en 1914

Carranza decidió que atacar la Ciudad de México derrotaría a Huerta. Envió al general Pancho Villa para tomar Torreón, Coahuila, un importante centro ferroviario, conectando la Ciudad de México con los Estados Unidos en el norte y Guatemala en el sur. El 16 de marzo de 1914, Villa marchó hacia el sur desde Chihuahua, con un ejército de 8.200 hombres bien aprovisionados y armados y con 29 cañones fabricados en los Estados Unidos. Las tropas federales, al mando del general José Refugio Velasco, habían estado fortificando la ciudad desde que Huerta se había convertido en presidente.

El 20 y el 21 de marzo, las tropas de Villa y Velasco se enfrentaron en los puestos de avanzadilla federal de Mapimí y Tlahualilo. Las tropas de Villa forzaron muy fácilmente a las tropas federales a replegarse a Torreón. En la tercera escaramuza, las fuerzas de Villa se tuvieron que replegar, pero tomaron la posición al día siguiente. Los Constitucionalistas atacaron la propia Torreón durante la noche del 26 de marzo. La lucha duró cinco días con un intenso combate casa por casa y bajas civiles de consideración. El 1 de abril, Villa cambió de táctica y sus hombres se retiraron de la ciudad hacia los aledaños, rodeándola. Velasco, aliviado por ese respiro, ordenó a sus hombres enterrar a sus muertos y a prepararse para abandonar el lugar. Mientras las tropas federales estaban formando, Villa comenzó un mortífero bombardeo de artillería, causando 1.000 muertos y 2.200 heridos. El victorioso Villa sufrió 550 muertos y 1.150 heridos y sus tropas entraron triunfalmente en Torreón.

Carranza, aunque entusiasmado por la victoria, decidió mantener a Villa lejos de Torreón y la Ciudad de México, ordenando al general a Saltillo. Mientras tanto, nombró a Pánfilo Natera para estar el frente de la ciudad y en el plazo de un mes, las tropas federales la retomaron. Villa estaba fuera de sí. Derrotó rápidamente a las tropas federales en Saltillo y ordenó a sus generales, excepto Ángeles, a permanecer allí y proteger la ciudad, mientras él regresaba a Torreón con un ejército de 21.000 hombres y 50 cañones. Villa atacó la posición federal el 23 de junio y capturó La Bufa y Guadalupe, dos importantes posiciones federales ubicadas en antiguas minas de plata. Las fuerzas de Villa arrollaron Torreón, entrando por tres direcciones diferentes. En la noche del 23 de junio de 1914, Torreón ya era de nuevo territorio constitucionalista.

La foto aquí muestra una panorámica de Torreón, fotografiada en marzo de 1912, poco después de que Madero asumiera la presidencia. No había cambiado mucho cuando Huerta llegó a la presidencia en febrero de 1913, pero los ataques de Villa en marzo y junio de 1914 destruyeron gran parte de la ciudad.

Torreón. Charles B. Waite, photographer. [1904 or 7 March 1912]. Prints and Photographs Division, Library of Congress

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