La Revolución Mexicana y los Estados Unidos en las colecciones de la Biblioteca del Congreso
Las relaciones de Estados Unidos con México después de Columbus, NM

Volver a Los Estados Unidos en la Revolución Mexicana Sección anterior: De la Convención de Aguascalientes al ataque de Pancho Villa contra Columbus, NM
Estados Unidos tuvo dificultad para aceptar la Revolución Mexicana, en particular por la confiscación de tanta propiedad privada y que no fue devuelta. En 1920 los republicanos tomaron las riendas del gobierno y estuvieron más inclinados que sus homólogos demócratas a escuchar a los grandes negocios. Por consiguiente, Estados Unidos no restableció relaciones diplomáticas con su vecino del sur hasta los Acuerdos de Bucareli en 1923.
La Expedición Pershing
En marzo de 1916, Villa y su pequeño grupo de seguidores atacaron Columbus, Nuevo México, en un aparente intento de provocar a EEUU a una guerra con México. Villa llegó a afirmar que Carranza estaba conspirando secretamente con el presidente Wilson. Si eso fuera verdad, casi seguro que dañaría la imagen de Carranza en México. EEUU respondió con el envío de tropas a la frontera al mando del general John H. Pershing en busca de Villa. Aunque públicamente Carranza mostró su malestar por la acción militar de EEUU, al mismo tiempo hizo muy poco para impedirla, ya que él también quería que Villa fuera capturado. Su encarcelamiento podría atraer a inversores extranjeros al país y con ello contribuir a la economía del norte de México.
La expedición fue un fracaso en su mayor parte. A la mayoría de los mexicanos no les gustaba ver a tropas estadounidenses invadiendo sus pueblos y aldeas, y se negaron a apoyarlas. La popularidad de Carranza entre la población civil sufrió un bajón considerable por su complacencia con la misión de EEUU, aunque la popularidad de Villa tampoco aumentó.
Villa sufrió una herida por debajo de la rodilla en un enfrentamiento con tropas expedicionarias y buscó refugio en una cueva cerca de Ciudad Guerrero, permaneciendo escondido por varios meses. Tan pronto se recuperó de sus heridas empezó a reclutar tropas para reanudar su lucha contra Carranza. Aunque su popularidad era baja, forzando incluso a muchos civiles a unirse a sus fuerzas, todavía logró conquistar temporalmente Ciudad Chihuahua en septiembre de 1916. Logró liberar a varios de los generales más importantes de Orozco y, con menos de 1.000 soldados, burló a los 9.000 del entonces gobernador, el general Francisco Treviño.
Telegrams. 0541M (Shelving # in Manuscripts), Diaries, Notebooks, and Address Books, Box 7, Folder 2 (c.a. 1916) and Folder 3 (c.a. 1917-1919). John J. Pershing Papers, Manuscript Division, Library of Congress. mm 79035949
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj001
El general Pershing y la invasión para dar con el paradero de Pancho Villa
Algunos historiadores creen que Villa esperaba que el ataque a Columbus provocase una invasión de Estados Unidos, y que crease un fuerte sentimiento nacionalista, y causase una ruptura con Carranza, que luego él usaría para recuperar el control sobre México. Woodrow Wilson, en medio de la campaña para su reelección en 1916, sabía que Estados Unidos se iba a involucrar en la Primera Guerra Mundial y no quería dividir a las fuerzas militares americanas, ni tampoco alienar a su electorado con una guerra abierta en dos frentes pero, al mismo tiempo, tenía que castigar a Villa. Por lo tanto, el 10 de marzo, el presidente ordenó una pequeña fuerza expedicionaria para localizar a Villa y destruir su ejército. El general Pershing estuvo al mando de la llamada Expedición Punitiva. En una semana organizó un ejército de unos 5.000 hombres (caballería, infantería, artillería) y un escuadrón aéreo con 8 aviones, cruzando la frontera el 16 de marzo. Los soldados estadounidenses creyeron que sería fácil atrapar a Villa y su fuerza de menos de 400 hombres. El presidente Wilson esperaba que un éxito rápido en México contribuyese a que el público se alistara en las fuerzas armadas antes de que Estados Unidos entrara oficialmente en la Primera Guerra Mundial.
Públicamente, Carranza mantuvo una posición antiestadounidense, pero permitió a las tropas estadounidenses el uso de los ferrocarriles mexicanos y reabastecerse con paquetes dirigidos a personas privadas, y no a una unidad militar. A finales de mes, la fuerza expedicionaria había penetrado más de 350 millas (536 kilómetros) en México, pero Villa siempre eludió a Pershing, fomentando un sentimiento antiestadounidense y de apoyo popular para su causa en el norte de México. Mucha gente expulsó de sus pueblos a ciudadanos estadounidenses con piedras y gritos de “Viva México” y “Viva Villa”. Muchos carrancistas simpatizaban con la expedición y ayudaron para capturar Villa. Por ejemplo, el gobernador carrancista de Chihuahua, Ignacio Enríquez, Jr., dijo que el presidente Wilson había resistido una intervención y aseguró que Pershing no había “invadido” México, sino que estaba siguiendo un tratado de ayuda mutua que permitía a las tropas cruzar la frontera para perseguir bandidos.
Sin embargo, algunos carrancistas apoyaron a Villa contra EE.UU. El 16 de marzo, el mismo día en que la expedición cruzó la frontera, un gran contingente de carrancistas sorprendió a Villa en un pueblo. Le permitieron recoger suministros y salir del pueblo sin molestarlo, pero al día siguiente, otro grupo de carrancistas se toparon con él y lo atacaron. Villa, muy superado en número de efectivos, ganó la batalla, capturó sus armas, y decidió reanudar su guerra contra Carranza. Éste envió miles de tropas a Chihuahua supuestamente como respuesta a la amenaza de Villa, pero también se preparaba en caso de una guerra con Estados Unidos. El 23 de marzo de 1916, la Escuela de Guerra de los Estados Unidos propuso la “ocupación y pacificación de México”, con una fuerza de 250.000 hombres para mantener y defender posiciones estratégicas en los estados del norte de México, mientras que la Marina bloquearía los puertos del sur. El 27 de marzo, Villa capturó tres ciudades que estaban en poder de Carranza, pero recibió una herida en la rodilla y no podía cabalgar. Su ejército se disolvió y tuvo que esconderse hasta recuperarse. En abril, las tropas estadounidenses estaban ansiosas por retirarse, por lo que Wilson trató que Carranza ofreciera garantías de que el gobierno mexicano protegería las propiedades de EE.UU. en México y le concediera a EE.UU. el derecho a intervenir económica y militarmente en cualquier momento. Carranza se negó. Dos meses más tarde, Villa se había recuperado de sus heridas y organizó un ejército para expulsar a Carranza y a los Estados Unidos. El 15 de septiembre de 1916 Villa decidió atacar la ciudad de Chihuahua y liberar a los prisioneros que Carranza había ordenado arrestar. Con apenas 2.000 hombres, entró en una ciudad defendida por más de 9.000, liberó a los prisioneros sin sufrir bajas y su leyenda renació. Durante los cuatro meses siguientes, Villa ganó una serie de victorias espectaculares y a finales de 1916, tanto Pershing, como Carranza, reconocieron que Villa había reconquistado Chihuahua. Poco a poco, las tropas de Pershing se fueron retirando hacia la frontera, hasta que finalmente abandonaron México en febrero de 1917, más o menos un año después con un gasto de 130 millones de dólares. Pershing no sólo no fue capaz de capturar a Villa, sino que lo dejó en mejor posición que antes de la invasión.
Comunicado de prensa oficial de Pershing sobre el progreso de la Expedición Punitiva hecho público en abril de 1916. El informe es optimista y explica cómo las tropas de Villa habían sido dispersadas y cómo el propio Villa estaba malherido y al borde de la muerte. El informe forma parte de los “Pershing’s Papers on the Punitive Expedition” en la División de Manuscritos, Biblioteca del Congreso. mss 79035949. También se incluye una caricatura política publicada en el New York Herald el 26 noviembre 1916, después del increíble resurgimiento de Villa. La caricatura representa a la expedición como más punitiva para Estados Unidos que para México, con Pershing atado a un cactus y sufriendo las burlas y vejaciones de Villa.
1 de 2
Carta de la expedición. Página 2 - Página 3. John J. Pershing Papers, Manuscript Division, Library of Congress. mm 79035949
"The Pershing 'punitive' expedition : well named." W. A. Rogers. Published in the New York Herald, 26 November 1916. Cabinet of American Illustration, Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-USZ62-130777
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj002
Las nuevas tecnologías de la invasión americana
El presidente Wilson ordenó a Pershing usar nuevas tecnologías como aviones, automóviles, y radios con el fin de comprobar su utilidad en la Primera Guerra Mundial. Sus tropas entraron en México bien equipadas, empleando el primer apoyo aéreo, un escuadrón de ocho aviones, y el primer convoy de suministros motorizado para acompañar a su caballería. Pershing sabía que nadie conocía el territorio tan bien como Villa, por lo tanto, pensó en usar los aviones para llevar a cabo misiones de reconocimiento aéreo para localizar a las tropas de Villa. Sin embargo, los aviones Curtiss JN-2, comprados en 1914, eran muy viejos, inestables, y de poca potencia para subir a los 3.657 metros de altura que como mínimo tenían algunas partes de las montañas de la Sierra Madre en Chihuahua. Pershing descubrió muy rápidamente que los aviones no pudieron ascender la cima de las colinas para establecer contacto con sus hombres en el Paso de la Cumbre. Cuando despegaron por segunda vez, el viento causó una avería en el pequeño motor y rompió un ala. El avión se estrelló a menos de 15 metros de donde había despegado. Un segundo piloto se quedó sin combustible y se estrelló a unos 32 kilómetros al sur. Cuando regresó al lugar tres días después, los lugareños lo habían despojado de todas las piezas de metal y madera utilizables. Un tercer piloto también se quedó sin combustible y se vio forzado a aterrizar en un lugar desconocido, pero pudo encontrar uno de los convoyes de camiones de Pershing y repostar el avión. Voló a mitad de camino antes de tener que repostar por segunda vez. Paró a un segundo convoy estadounidense para repostar pero, cuando estaba despegando, una de las alas del avión golpeó un barril de combustible, quedando muy dañado para volar.
El 22 de marzo, el comandante del escuadrón envió a dos pilotos al Paso de la Cumbre para establecer contacto con las tropas de caballería. Los aviones llegaron hasta la parte inferior del Paso antes de que fuertes vientos los forzaran a retirarse. El comandante del escuadrón pidió diez nuevos aviones de por lo menos 130 caballos de potencia, fabricados por cinco compañías diferentes, con suficientes partes de repuesto, equipo de navegación y trenes de aterrizaje adicionales, pero Washington se negó. Pershing asignó misiones de correo a los cinco aviones restantes, pero dos aviones más quedaron fuera de servicio, por lo que Pershing decidió poner fin al uso de la fuerza aérea en México.
Mientras que el apoyo aéreo no fue particularmente eficaz, Pershing empleó vehículos de motor de manera más exitosa, combinando las tácticas defensivas aprendidas durante las Guerras Indias con la velocidad y facilidad de movimiento que ofrecían los vehículos motorizados. Dividió a sus hombres en pequeñas, pero altamente móviles, unidades de unos aproximadamente 20 hombres cada una. Estas unidades siguieron las pistas de todos los escondites conocidos de Villa y de las ciudades que se rumoreaba había visitado recientemente. Mientras tanto, Pershing soñaba con un vehículo blindado, móvil, y lo suficientemente fuerte como para soportar el fuego directo del enemigo. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército desarrolló el primer vehículo blindado en el mundo antes de que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial.
Dos artículos de periódico sobre cómo Pershing usó camiones y aviones en México. Pershing coleccionó los periódicos y los guardó en los archivos con los que preparó sus memorias sobre su carrera militar. Los originales se encuentran en los Pershing Papers, Manuscript Division, Biblioteca del Congreso. Mss 79035949. Otras tecnologías nuevas que las tropas de Pershing emplearon fueron la motocicleta, hornos portátiles para hacer el pan, radios y telégrafos portátiles. Pershing también usó ametralladoras y cañones montados sobre vehículos, los cuales tuvieron un efecto devastador en los pocos enfrentamientos que hubo entre sus tropas y las de Villa. El general probó primero estas nuevas tecnologías en México porque el presidente Wilson y los jefes del Estado Mayor querían asegurarse que todo su material bélico funcionaba en el campo de batalla antes de usarlo en Europa. Las siguientes fotografías fueron tomadas por Underwood and Underwood, cuyos fotógrafos fueron comisionados para acompañar a las tropas de Pershing en México.
1 de 6
Newspaper clipping. John J. Pershing Papers, Manuscript Division, Library of Congress. mm 79035949
Newspaper clipping. John J. Pershing Papers, Manuscript Division, Library of Congress. mm 79035949
Motorcycle squad attached to brigade headquarters near Casa Grandes, Mexico Mexican-U.S. campaign after Villa, 1916. circa 6 May 1916. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ppmsca-35148
Machine Guns on Mex. Border. Bain News Service, publisher. [between ca. 1915 and ca. 1920]. Bain Collection, Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ggbain-22198
Receiving wireless messages from the border near Casas Grandes, Mexico - Mexican-U.S. Campaign after Villa, 1916. c1916. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-USZ62-88742
Baking bread for Pershing's army in Mexico New field kitchens being used for the first time by U.S. Army near Namiquipa. Underwood & Underwood, photographer. circa 10 June 1916. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ppmsca-35146
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj003
Pershing y los avances médicos en México
El general de brigada John J. Pershing marchó hacia México con dos compañías de ambulancias y dos hospitales de campaña, y con escaso personal médico y equipamiento. Los médicos trataban a los que eran de fácil curación y a los que estaban malheridos los atendían de manera provisional. Aquellos que necesitasen un tratamiento más avanzado los enviaban al hospital más grande y mejor equipado en Columbus, Nuevo México. Los casos no que podían ser tratados en Columbus eran enviados a Ft. Bliss, el hospital del cuartel general del Ejército que tenía laboratorios y quirófanos para cirugías más complejas. El cuerpo médico de Pershing estaba altamente capacitado para desempeñar los tratamientos más avanzados. Los oficiales del Cuerpo Médico estaban preparados en medicina preventiva, microscopía y cirugía abdominal, así como también, en logística, suministros, y contabilidad. Además, tenía “oficiales sanitarios” altamente cualificados dentro de la tropa que trabajaban como apoyo. Pershing animó a sus oficiales médicos a que experimentaran con nuevas técnicas y muchas veces los soldados iban a ver a los médicos por disentería y enfermedades de transmisión sexual. Los médicos insistieron en que todos los hombres que fueran a México se vacunaran contra la fiebre tifoidea y otras enfermedades tropicales y también distribuían pastillas de quinina contra la malaria. El cuerpo médico insistió en la higiene y la esterilización e inspeccionaban la procedencia de los alimentos, las cocinas y el personal. También aconsejaban donde se tenían que poner las letrinas, retiraron el estiércol de los caballos de los campamentos, establecieron los primeros centros de desinfección, y exigieron que los soldados llevaran jabón de lejía. Introdujeron el Lyster Bag, que trataba el agua con un compuesto parecido a la lejía que eliminaba las bacterias, pero que dejaba un sabor raro en el agua. Los soldados preferían el Darnell Filter, que quitaba el sedimento y trataba el agua con múltiples productos químicos. Gracias al éxito conseguido en México, el filtrado de aguas se convirtió en algo estándar durante la Primera Guerra Mundial.
Pershing centró sus energías en reducir las enfermedades de transmisión sexual. Los reformistas abogaban por una prohibición de la prostitución, pero Pershing era de la opinión de que los soldados buscarían satisfacción sexual y que usarían a mujeres mexicanas si prostitutas estadounidenses no estaban disponibles. Por lo tanto, Pershing abrió un campo de prostitutas, conocido como el “Remount Station”, a una corta distancia de Colonia Dublán. Por $2 dólares y un certificado de salud de que estaban libres de enfermedades, los soldados podían usar el campo por media hora. Al acabarse su tiempo, eran lavados químicamente e inspeccionados y la información quedaba registrada en su certificado de salud. Pershing era un firme defensor del uso de los condones de goma, animando a su distribución entre los soldados, primero en México y de nuevo durante la Primera Guerra Mundial y las tropas bajo su mando mostraron con diferencia las tasas más bajas de infección.
Aunque las ambulancias motorizadas no previnieron enfermedades, redujeron de manera significativa el número de muertos en el campo de batalla. Las primeras ambulancias aparecieron durante la segunda mitad de la expedición de Pershing; mantuvieron abiertas las líneas de comunicación estadounidenses, así como el abastecimiento de las tropas. Las ambulancias motorizadas no sólo redujeron el tiempo necesario para evacuar a las tropas a los centros de atención médica, sino que además, absorbían los obstáculos de los caminos, haciendo que los viajes fueran mucho más cómodos y seguros. Estos vehículos hicieron posible el transporte de máquinas de rayos X y de equipos básicos de laboratorio que permitían la realización de análisis de sangre preliminares en la misma zona de combate.
Estas imágenes muestran al 7º Hospital de Campaña en Casas Grandes y al Cuerpo de Ambulancias en ruta hacia México, al principio de la Expedición. La columna consiste de vagones cubiertos y automóviles, aunque los camiones no se ven en la fotografía.
1 de 2
The 7th Corps near Casas Grandes where all the sick and injured of the expedition are cared for Mexican-U.S. campaign after Villa, 1916. Underwood & Underwood, photographer. c1916 April 10. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ppmsca-35147
Ambulance Corps leaving Columbus, New Mex. for Mexico in search for Villa. c1916 March 29. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ppmsca-35149
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj004
Los éxitos de Pershing
Pershing estableció su base en Namiquipa, un pequeño pueblo que ya era hostil a Villa por haber reclutado a la fuerza a 118 hombres en el pueblo para su ejército para luchar en Celaya y de nuevo en Columbus. Pershing ofreció a los habitantes del pueblo programas de educación y capacitación, estableció un cuerpo de policía local, y experimentó con reformas institucionales y métodos de entrenamiento.
Guías locales ayudaron a Pershing a dar con el paradero de un alijo de municiones de Villa, que luego fueron entregadas al pueblo y a los carrancistas. Pershing también localizó a los hombres de Namiquipa que habían atacado Columbus y los envió a EE.UU. para que fueran juzgados. Sin embargo, cuando llegaron a Columbus se encontraron con una gran hostilidad en el Condado de Luna. Aunque fueron trasladados a la cárcel del Condado de Grant en Silver City, fueron juzgados y sentenciados a muerte en el condado de Luna. El presidente Wilson intentó que se les conmutaran las penas, pero sólo a un hombre, un carrancista, se le conmutó la pena capital por cadena perpetua.
1 de 3
un mapa de la ruta de Pershing por Chihuahua, con Colonia Dublán y Namiquipa claramente marcados. John J. Pershing Papers, División de Manuscritos, Biblioteca del Congreso mm 79035949
Algunos de los atacantes mexicanos de Columbus, capturados en las montañas de México por fuerzas estadounidenses, 6 de mayo de 1916. Prints and Photographs Division, Biblioteca del Congreso. LC-USZ62-33616
Unidad de Infantería vigilando a prisioneros villistas. William Fox, photographer. 16 de abril de 1916. Prints and Photographs Division, Biblioteca del Congreso. LC-DIG-ppmsca-35151
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj005
George S. Patton
Muchos de los militares más famosos de Estados Unidos comenzaron sus carreras como miembros de la Expedición Punitiva de Pershing. Uno de ellos fue George S. Patton, un teniente cuando sirvió en México. Nacido el 11 de noviembre de 1885 en San Gabriel, California, asistió al Virginia Military Institute [Instituto Militar de Virginia] y se graduó de la U.S. Military Academy [Academia Militar de Estados Unidos] en 1909. En 1912, corrió en el primer pentatlón moderno en los Juegos Olímpicos, alcanzando el 5º puesto; a principios de 1916, el teniente Patton ejerció como ayudante personal del general Pershing.
Cuando Villa atacó Columbus, Nuevo México en 1916, Patton, que había estado destinado en patrulla por la frontera en Texas y Nuevo México, se sintió personalmente atacado. El 14 de mayo de 1916, Pershing le asignó tres coches Dodge Brothers y una misión. Patton tenía que comprar maíz para usar como forraje para los caballos. Partió con diez hombres del 6º Regimiento de Infantería y se toparon con el comandante villista Julio Cárdenas y dos de sus hombres. Los soldados estadounidenses atacaron a los insurgentes mexicanos, acribillándolos a balazos aún después de estar muertos. Los cuerpos estaban tan destrozados que no se sabe quién mató a quién. Los soldados estadounidenses cogieron los cuerpos mutilados de los mexicanos y los ataron a los techos de los coches y continuaron para comprar el maíz. Misión cumplida, Patton regresó y mostró los cadáveres a Pershing. Algunos no creen que tal incidente ocurrió, pero hubo informes dirigidos a Pershing y fotografías de Patton con los coches. Patton continuó ejerciendo como ayudante personal de Pershing en Europa durante la Primera Guerra Mundial, donde fue ascendido a capitán y donde le dieron el mando de la primera Unidad Automovilística de Caballería de los Estados Unidos en Francia.
En la foto se puede ver al joven teniente George S. Patton con una pipa en su boca en frente de su tienda de campaña en el campamento de Pershing en Casas Grandes en México en 1916.. 10 June, 1916, Underwood. Bain Collection on the Punitive Expedition, Prints and Photographs Division, Biblioteca del Congreso. LC-USZ62-33568
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj006
La persecución de Villa reflejada en la música
A diferencia de los corridos, la música popular estadounidense se enfocaba en levantar la moral y recabar apoyo popular para la intervención en México. Los soldados en el extranjero podían escuchar la música en el frente sabiendo que tenían el apoyo de su patria. La invasión de Pershing influyó en gran medida en el cambio que experimentó la música popular. La música se enfocaba en los detalles sobre el ataque de Pancho Villa a Columbus, Nuevo México, tratando de levantar el ánimo de los soldados cuando las tropas no pudieron dar con el paradero del insurgente mexicano. Muchas hojas de música (que se distribuían para tocar en casa) expresan los sentimientos de los americanos, como en “So I Left that Girl Behind Me to Answer the Call” [Dejé a esa chica para responder a la llamada del deber] y en “Watchful Waiting” [Espera vigilante].
“So I Left that Girl Behind Me to Answer the Call” [Dejé a esa chica para responder a la llamada del deber] con letra y música de M.G. Wittman (M1645 .W 1916), fue publicada el 26 de agosto de 1916 y refleja la frustración del público por la falta de éxito del general Pershing. El primer verso dice “Estoy aquí para contarte Amigo, que no eres todo salsa y que la paciencia del Tío Sam se está agotando”. La canción continúa diciendo que el ejército está “al pie del cañón” y que pronto capturará a Villa.
“Watchful Waiting” [Espera vigilante], con letra y música de la Sra. Leania Dimmitt Osborn (M1645.O1916) fue publicada en 1914 y refleja la opinión popular sobre el incidente de Tampico y cómo la música fue usada para conseguir apoyo para la intervención estadounidense. “Mexico, sabes, donde Huerta estaba al mando de las tropas que insultaron nuestra bandera en Fort Tampico. Estados Unidos había estado en una espera vigilante, cuando vino este repentino golpe, y se dio la orden a los Chicos en Azul, de marchar hacia México”.
Aquí se pueden ver las portadas de algunas hojas de música sobre la Invasión de Pershing. La decoración fue diseñada para apelar al sentimiento patriótico de los compradores y animar a la gente a que apoyase al ejército de Estados Unidos. El presidente Wilson esperaba que un éxito rápido en México contribuyese a la buena imagen del ejército y con ello aumentara el número de reclutas.
Hojas de música sobre la Invasión de Pershing. Mexican Border Songs Collection, Music Division, Biblioteca del Congreso. M1645 .L 1916, M1645 .B 1916, M1645 .W 1916
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj007
El orden tiene sus ventajas
Los refugiados mexicanos llegaron a Estados Unidos huyendo de la violencia de la Revolución Mexicana, y en el caos que se creó, los estados se vieron obligados a extender protección a sus ciudadanos y a sus nuevos residentes. Pero los estados no siempre fueron capaces de mantener la violencia de la Revolución Mexicana alejada de su lado de la frontera, como quedó demostrado cuando Pancho Villa y sus hombres atacaron Columbus, Nuevo México, en 1916, causando 17 muertos (7 soldados y 10 civiles). El fervor de la Revolución Mexicana obligó a Estados Unidos a tomar medidas contra la agresión en sus zonas fronterizas. Eso llevó a enviar a la Expedición Pershing para capturar a Villa y a la promulgación de la Ley de Inmigración de 1917 para garantizar la seguridad y el bienestar de su población.
Las leyes y las regulaciones para mantener el orden en los estados fronterizos se convirtieron en la máxima prioridad. A los estados se les hizo muy difícil determinar si los recién llegados tenían intención de alzarse en rebelión o no. Y esos recién llegados comenzaron a sentirse amenazados, mientras que las nuevas leyes, aparentemente promulgadas para proteger a la población, dividieron a las comunidades.
Los inmigrantes mexicanos se defendieron formando los primeros grupos de derechos humanos en el suroeste, como el Primer Congreso Mexicanista (1911) en San Antonio, Texas, que protegería a los inmigrantes contra prácticas laborales injustas, bajos salarios, condiciones de vida infrahumanas, y les facilitaría asesoramiento legal. Esto llevó a la formación de organizaciones mexicano-americanas como la League of United Latin American Citizens (LULAC) y el National Council of La Raza, que todavía siguen funcionando hoy al servicio de todos los hispanos en Estados Unidos.
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj008
Los inmigrantes intentan asimilarse
El periodo de 1910 a 1914, cuando los refugiados mexicanos llegaron a los Estados Unidos, fue una buena época para encontrar trabajo. Los nuevos inmigrantes ayudaron con las cosechas y trabajaron en las líneas de ensamblaje de las factorías. El gobierno de Estados Unidos y los de los estados aprobaron leyes para ayudar a los inmigrantes mexicanos, tanto económica como socialmente. En este periodo aparecieron escuelas de “americanización” en ciudades con altas tasas de población inmigrante para ayudarles en su transición. Estos centros impartían muchas clases, como inglés e higiene. Estas escuelas no sólo ayudaron a los inmigrantes a sentirse más valorados, sino que proporcionaron a las empresas una fuerza laboral más productiva.
Vivir en Estados Unidos y asimilarse a su modo de vida, ayudó a los inmigrantes mexicanos a conservar su autonomía en estas ciudades. La promesa de América por un futuro mejor significó que estos inmigrantes cambiaran una pequeña parte de su cultura como barrios de inmigrantes dentro de ciudades industriales como Isleta, en El Paso, Texas, barrios Logan, Delhi, y Artesia en Santa Ana, California, y se asentaron por el suroeste del país. En el norte se formaron distritos en los aledaños de los centros de ferrocarril y en las empacadoras de carne en la zona sur de ciudad de Chicago. Estos barrios se convirtieron en nexos de unión y autosuficiencia mexicanos, además de proveer una futura fuerza laboral estadounidense.
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj009
El telegrama Zimmermann (febrero y marzo de 1917)
Muchos mexicanos simpatizaron con los alemanes durante la I Guerra Mundial porque Alemania nunca había invadido México, comprometido su soberanía, o reclamado territorio mexicano. Por el contrario, España, Francia, Reino Unido, y los Estados Unidos, eran culpables de las tres ofensas. Otros, sin embargo, eran partidarios de Estados Unidos, por estar tan cerca, pero la mayoría de los mexicanos se sentían aliviados de que los Estados Unidos estuviesen luchando en Europa y dejasen a México en paz.
En 1917 las exportaciones no podían salir de Alemania, ni las importaciones podían llegar al país para alimentar a la población o abastecer al ejército. Los alemanes tuvieron que reanudar la guerra submarina sin restricciones y esperaban encontrar aliados en el Hemisferio Occidental para desviar la atención de EE.UU. Arthur Zimmermann, el Ministro de Asuntos Exteriores alemán, envió una propuesta a Carranza: si México se aliara con Alemania, ésta, después de ganar la guerra, devolvería a México todos los territorios perdidos en la Guerra Mexicano-Americana, en el Tratado de Guadalupe-Hidalgo de 1848, y en el Tratado Gadsden (Tratado de La Mesilla). Los británicos interceptaron el mensaje y se lo pasaron a Estados Unidos. Después de la publicación del telegrama, el Senado declaró la guerra a Alemania en abril de 1917.
Carranza decidió que México no podía desafiar a Estados Unidos y que Alemania estaba demasiado lejos para prestar ayuda en caso de que Estados Unidos decidiera tomar represalias. Carranza rechazó la propuesta y México se declaró neutral en el conflicto.
Esta caricatura política muestra una mano con un cuchillo recortando Arizona, Nuevo México, y Texas, los cuales aparecen con la etiqueta “Para México”. El puño de la camisa indica que el propietario es un funcionario alemán. Apropiadamente titulado “Recortando a mano un mapa del suroeste de los Estados Unidos”, fue dibujado por Clifford Kennedy Berryman y publicado en marzo de 1917 en el Washington Evening Star.
[Recortando a mano un mapa del suroeste de los Estados Unidos.] Clifford Kennedy Berryman. Published in the Washington Evening Star, March 1917. Prints and Photographs Division, Biblioteca del Congreso. LC-USZC4-13594 (color film copy transparency)
Marcar como favorito: //www.loc.gov/exhibits/mexican-revolution-and-the-united-states/us-mexico-relations-post-columbus-nm-sp.html#obj010
Volver a Los Estados Unidos en la Revolución Mexicana Sección anterior: De la Convención de Aguascalientes al ataque de Pancho Villa contra Columbus, NM