Volver a La caída del porfiriato y ascenso de Francisco Madero Sección siguiente: La presidencia de Madero y su asesinato

La Revolución Mexicana, como muchas otras antes y después, comenzó con una fase reformista. Madero estaba interesado en una reforma política que mantuviese intacta la estructura económica y social. Esto dejó en el aire los sueños y aspiraciones de muchos otros revolucionarios que vieron en la expulsión del poder de Díaz como el comienzo de un nuevo sistema que ayudaría a todos los mexicanos. Esa desilusión condujo a revueltas. De hecho, durante su corta presidencia (octubre 1911-febrero 1913), Madero y su ejército, bajo el mando de Victoriano Huerta, tuvo que sofocar no menos de cinco revueltas diferentes. El primero en declararse en contra de Madero fue Emiliano Zapata con su Plan de Ayala en noviembre 1911. El movimiento echó raíces y muy pronto muchos estados del sur se declararon en rebelión. Ese levantamiento nunca fue sofocado realmente hasta mucho más tarde.

Francisco Indalecio Madero (1873–1913)

Francisco Indalecio Madero nació en la hacienda El Rosario en Coahuila. Su abuelo Evaristo Madero y su padre Francisco Madero Hernández, habían acumulado una fortuna familiar casi inigualable en México gracias a sus inversiones en algodón, ganado y producción industrial. Se esperaba que Madero continuaría en esta tradición por lo que tomó cursos de negocios en el Mount St. Mary’s College cerca de Baltimore, Maryland, en la Escuela de Altos Negocios en París (1887-1892), y al año siguiente estudió agricultura en la Universidad de California, Berkeley.

Cuando regresó a México fundó una escuela de negocios y estuvo al frente de uno de los negocios familiares, al mismo tiempo que se permitía vivir su modo de vida personal –medicina homeopática, espiritismo, vegetarianismo. Madero estaba convencido que los problemas del campesinado mexicano derivaban de la falta de democracia en el país. Cuando el presidente Díaz indicó que aceptaría elecciones libres en 1910, Madero publicó La sucesión presidencial en 1910 y más tarde fundó el Centro Anti-reeleccionista de México en mayo de 1909. La primera convención del partido atrajo representantes de todos los estados, menos de cuatro. Díaz arrestó a Madero a principios de junio de 1910 para mantenerlo fuera de las elecciones del 26 de junio, pero éste escapó a principios de octubre huyendo a San Antonio, Texas, donde escribió su proclama a los mexicanos para que se alzaran contra el régimen el 20 de noviembre de 1910, el conocido Plan de San Luis.

Francisco Indalecio Madero (1873–1913). Prints and Photographs Division, Library of Congress. Reproduction Number: LC-USZ62-36672 (b&w film copy neg.)

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La sucesión presidencial en 1910

Francisco Madero, hijo de una importante familia con negocios en la industria textil y ganado en Coahuila, leyó la entrevista de James Creelman con Porfirio Díaz y pensó en presentarse a las elecciones y reformar a México. Como está delineado en su soberbio libro La sucesión presidencial en 1910, las inquietudes de Madero eran principalmente políticas; él quería que el voto significara algo, y que la gente se pudiera expresar libremente. No estaba sensibilizado sobre la necesidad popular de tener acceso a tierras para proveer para sus familias, ni tampoco estaba al tanto sobre la invasión de tierras de los campesinos por parte de grandes intereses agrícolas e industriales. No obstante, en esos días, su coraje para levantarse contra Díaz consiguió unir el país.

La sucesión presidencial en 1910. General Collections, Library of Congress. Call Number: F1234. M1904 A7 no. 1

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La elección presidencial de 1910 – los candidatos oficiales

A pesar de que Porfirio Díaz tenía 80 años en 1910, decidió postularse de nuevo para la presidencia, confiado que su maquinaria haría su victoria algo inevitable. Pero esta vez tenía una oposición. Este corrido o canción popular dibujado por el famoso litógrafo José Guadalupe Posada se refiere a la competencia entre Ramón Corral, nombrado vice-presidente en 1904 por la avanzada edad de Díaz, y el general Bernardo Reyes, favorito del ejército.

Bernardo Reyes nació en Guadalajara, Jalisco. Abandonó la escuela a los a los 15 años para enlistarse en el ejército y luchar contra los invasores franceses. Fue ayudante del general Ramón Corona y permaneció en el ejército, pero no se unió a la rebelión de Porfirio Díaz en 1871, ni a la de 1876. No obstante, continuó avanzando en rango, convirtiéndose en el jefe de operaciones militares y después en Ministro de Guerra de 1900 a 1902. Fue gobernador de Nuevo León dos veces, de 1889 a 1900 y después de 1902 a 1909. Al final de su primer mandato como gobernador ya era un general de división (dos estrellas).

Cuando las aspiraciones de Reyes se hicieron públicas, Díaz lo exilió al extranjero en una misión militar. Regresó en 1911 y se puso al frente de una rebelión que fue rápidamente aplastada y por la que fue arrestado. Después de su puesta en libertad, lideró otra rebelión, en la Ciudad de México, con Félix Díaz, sobrino del ex-presidente. Este levantamiento originó el primer enfrentamiento en la capital, el cual trajo consigo La Decena Trágica. Cuando Reyes intentó atacar el Palacio Nacional cabalgando en un caballo blanco, fue rápidamente abatido y murió.

Reyistas y Corralistas. Nuevo corrido de actualidad. Page 2Prints and Photographs Division, Library of Congress. Call Number: PGA - Vanegas, no. 100 (A size) [P&P]. Reproduction Number: LC-DIG-ppmsc-04565 (digital file from original, recto)

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La elección presidencial de 1910 – el candidato de los Científicos

Otro grupo también tenía aspiraciones presidenciales. Los Científicos, o aquellos en el gobierno que estaban decididos a modernizar México y a gobernarlo de acuerdo a “principios científicos”, preferían como candidato a alguien diferente al General Bernardo Reyes o Francisco Madero. Ellos se inclinaban por el Ministro del Tesoro, José Yves Limantour, cuyo padre había sido un prominente prestamista y partidario del gobierno. Limantour había adquirido la ciudadanía mexicana en 1879 y por lo general era considerado un extranjero. Como Ministro del Tesoro, Limantour había estado al frente de la transformación de México en un país “moderno”. Tenía muy buenos contactos en muchos países por todos los acuerdos comerciales que había negociado, y hablaba varios idiomas con fluidez.

José Ives Limantour. Prints and Photographs Division, Library of Congress. Reproduction Number: LC-DIG-ggbain-05144 (digital file from original neg)

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La rebelión de 1910 contra Díaz

Después de que Francisco Madero comenzara su rebelión contra el presidente Porfirio Díaz, Zapata reclutó a un grupo de hombres, quienes, en mayo de 1910, habían capturado la ciudad de Cuautla, justo al norte de Anenecuilco. Las fuerzas de Zapata usaron tácticas de la guerra de guerrillas y otros métodos para enfrentarse a las tropas gubernamentales. Zapata pronto descubrió que Madero, un hacendado, estaba mucho más interesado en restablecer los procesos democráticos que en reforma agraria. Zapata rehusó desarmar a sus hombres y, por el contrario, huyó a las montañas para continuar su lucha por la tierra.

Zapata continuó con su rebelión y el general Victoriano Huerta fue enviado para frenarlo, pero la violencia aumentó. Madero fue a Morelos para negociar con él, pero regresó a la Ciudad de México con las manos vacías. Huerta pasó los meses siguientes en persecución de los zapatistas sin éxito.

La fotografía que se ve aquí muestra las secuelas de un ataque de las fuerzas zapatistas. Al usar las tácticas de la guerra de guerrillas, Zapata y sus hombres fueron capaces de derrotar a las fuerzas del gobierno e impedir el abastecimiento y el refuerzo de los ejércitos que atacaban Morelos.

"Tren destruido por Zapata." Prints and Photographs Division, Library of Congress, LC-B2-3034-1, Library of Congress

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Madero y otros revolucionarios en un mapa de San Antonio, Texas (1910-1911)

Muchos lugares en los Estados Unidos se vieron envueltos en la Revolución Mexicana. Esto es algo típico en este tipo de conflicto. Por ejemplo, durante la oposición a Rosas (1835-1852), liberales argentinos huyeron a Chile y a Uruguay. Con frecuencia, ciudades de Texas como San Antonio y El Paso se convirtieron en refugio tanto para revolucionarios, como para contra-revolucionarios, y para personas que simplemente estaban huyendo de la contienda. Es importante recordar que Francisco Madero escribió su Plan de San Luis en San Antonio. Este mapa de San Antonio incluye algunos lugares importantes para la historia de la Revolución Mexicana, incluyendo lugares donde se pueden encontrar detectives y contra-revolucionarios.

  1. Hutchins House Hotel, 205 Garden St. – Toda la familia de Francisco Madero vivió allí.
  2. Elizabeth K. Villarreal de Madero vivió en el 224 Alamo St.
  3. Alfonso Madero vivió en el 421 S. Presa St.
  4. El agente de Pinkerton Furlong se registra en el Hotel Menger como "Thomas Foster".
  5. Madero regresa a San Antonio, primero a la King Wm St., y después al 437 Main St.
  6. Venustiano Carranza viene a San Antonio en diciembre de 1910 y vive en el 520 S. Presa.
  7. Tres pisos superiores del edificio San Antonio Loan and Trust en el 235 East Commerce Street, servían como base del Club Anti-Revolucionario Internacional.
  8. El gobernador O. B. Colquitt pronunció conferencias sobre la revolución en el Beethoven Hall en el 4222 Pereida St.

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El Plan de San Luis Potosí

En octubre de 1910, Madero huyó de México hacia San Antonio, Texas, para conseguir apoyo, financiamiento y municiones, mientras planeaba su próximo ataque. El resultado más importante de su estancia fue el Plan de San Luis Potosí, un pequeño documento donde exponía sus razones para la rebelión. Madero, con el consejo de Federico González Garza, Roque Estrada, Juan Sánchez Azcona y Enrique Bordes Mangal, escribió una aguda y penetrante condena de la tiranía del porfiriato e hizo una llamada a las armas.

De acuerdo con su plan, Madero establecería la democracia por todo el país, se respetarían los contratos y las transacciones hechas por el anterior gobierno, serían transparentes y responsables, y la economía favorecería a las empresas mexicanas en lugar de entes extranjeros.

El Plan de San Luis Potosí fue una verdadera obra de arte del liberalismo político y económico decimonónico, pero no abordó los dos problemas más importantes de México: reforma agraria y derechos laborales. ¿Por qué, entonces, tuvo tanto apoyo? El Plan de San Luis Potosí se ganó la aprobación del público porque presentaba un nuevo líder que podría llevar a México a nuevas alturas y quien, a través de reformas políticas, económicas, y algunas sociales, podría hacer de México una de las mejores naciones del mundo.

Album Histórico Gráfico (México, 1920). General Collections, Library of Congress. F1231.5 .G666 1920. http://lccn.loc.gov/2010713764.

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Los corridos: canciones populares mexicanas

Baladas. Canciones populares. Historia. Los corridos son historias orales o folklóricas acompañadas de música – por lo general ranchera o mariachi. Los corridos celebran a los héroes, condenan a los villanos, relatan acontecimientos importantes y dan lecciones de vida a las generaciones venideras. Los corridos están localmente situados, no sólo históricamente, sino también, geográfica y culturalmente, revelando paisajes y costumbres sociales. Y lo que es más importante todavía, son espacios de colaboración y actuación cultural comunitaria, demostrado por los distintos antecedentes sociales de los corridistas. Los corridos se creaban y se cantaban una y otra vez, por lo que las versiones varían mucho entre las diferentes comunidades, de acuerdo a las creencias de cada audiencia. Al relatar noticias importantes, al mismo tiempo que mantenían ese atractivo local, los corridistas eran muchas veces fuentes de noticias más fiables que la prensa nacional.

La tradición de grabar corridos comenzó en los últimos años del porfiriato. Las canciones reflejan la desilusión que muchos sentían hacia el gobierno y los problemas sociales que afectaban al país. Sus héroes son a menudo pobres, trabajadores, hombres descontentos que triunfan con su astucia contra los funcionarios corruptos o mediante la captura de criminales, convirtiéndose en verdaderos líderes locales legítimos. Los corridos dan vida a personajes locales a través del dialecto, la jerga y el acento. Son también un vehículo para que héroes no tradicionales sean recordados. Como, por ejemplo, personajes como Adelita y Valentina, las heroínas de muchas baladas de Villa y Carranza, respectivamente. En otros se cuentan las batallas libradas por generales de poblaciones pequeñas, muy poco importantes para ser recordados en las grandes historias de la Revolución. La historia de la gente común queda reflejada en los corridos.

Las más famosas de estas canciones populares hablan de otros personajes históricos y bandidos, con frecuencia clasificados como bandidos sociales, siempre trabajando para burlar a los ricos para beneficio de los pobres. En estas canciones, bandidos como Potro Lobo Gateado, Jesús Leal y Heraclio Bernal luchan por la justicia, desbaratan planes malvados, y salvan a mujeres bellas. Muchas de estas canciones son del periodo pre-revolucionario y en su mayoría tienen un carácter simbólico, pero las que se escribieron durante la Revolución relatan hechos reales. Por ejemplo, en 1930 Manuel Camacho y Regino Pérez empezaban su corrido “Nuevo Corrido de Madero”, el cual tiene como tema principal al presidente Madero, sus batallas, y sus planes para el futuro. Otros corridos de la época se enfocan en la Decena Trágica y en el asesinato del presidente Madero.

La imagen que se ve aquí es una fotografía de un pliego suelto del Corrido de Macario Romero. Disponibles a bajo costo, estos pliegos sueltos estaban a menudo ilustrados con los momentos más conmovedores de las canciones. Este muestra a Macario a caballo para verse con su amada. En el fondo aparecen siluetas de “salvajes” danzando y que parecen simbolizar a la familia de la chica que traiciona al noble Macario invitándolo a un baile para matarlo. El simbolismo contrasta los ideales de mexicanos y estadounidenses sobre civilización y barbarie, y refleja los temores que muchos mexicanos del noroeste sentían sobre las continuas incursiones de Apaches, Navajos y Yaquis sobre territorio mexicano durante las Guerras Indias en los Estados Unidos. Esta hoja fue publicada por la Compañía Antonio Vanegas Arroyo en la Ciudad de México en 1912.

Verdaderos versos de Macario Romero. José Guadalupe Posada, artist. Broadsheet. Mexico City : Antonio Vanegas Arroyo, 1912. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ppmsc-04557

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Líderes con Madero: Pascual Orozco, Jr. (1882–1915)

Nacido en San Isidro, Chihuahua, Orozco desarrolló una sólida reputación como un arriero honesto y trabajador. Pronto se unió al Partido Anti-Reeleccionista después de la huida de Madero de prisión después de las elecciones presidenciales de 1910. Orozco tuvo mucho éxito en reclutar soldados y dirigirlos en batalla. Por lo general se le reconoce por haber ayudado a los insurrectos a ganar su primer enfrentamiento en Pedernales, el 27 de noviembre de 1910, y más importante, por liderarlos en una victoria clave en Ciudad Juárez, el 10 de mayo de 1911. También suprimió varios levantamientos contra Madero en ese estado.

Después de la victoria en Ciudad Juárez, Orozco sintió que lo habían pasado por alto en el nombramiento a altos cargos, y eventualmente se declaró en rebelión contra el régimen el 3 de marzo de 1912. Estuvo al frente de la oposición más fuerte contra el gobierno central y fue capaz de derrotar al ejército federal al mando del Ministro de Guerra, general José González Salas. No fue hasta una serie de victorias, en Rellano (el 23 de mayo de 1912) y Bachimba (3 de Julio), con tropas al mando del general Victoriano Huerta, que el gobierno de Madero se salvó.

A diferencia de otros líderes de la revolución, Orozco apoyó a Huerta después de que éste derrocara a Madero en 1913. Estuvo al mando de tropas de Huerta y alcanzó el rango más alto en el ejército, General de División. Después de la caída de Huerta, Orozco se negó a apoyar al gobierno interino o al de Venustiano Carranza. Huyó a los Estados Unidos y allí se unió a Huerta y a otros para planear una nueva rebelión. Policías federales de los Estados Unidos en El Paso, Texas, arrestaron a los dos el 27 de junio de 1915. Orozco fue asesinado supuestamente mientras intentaba fugarse.

Gen. Pascual Orozco. Prints and Photographs Division, Library of Congress. Reproduction Number: LC-USZ62-108596 (b&w film copy neg.) Call Number: BIOG FILE - Orozco, Gen. Pascual <item> [P&P]

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Líderes con Madero: Francisco "Pancho" Villa (1878–1923)

Francisco "Pancho" Villa, cuyo nombre de pila era Doroteo Arango, empezó como un cuatrero, pero en 1910 se unió al Partido Anti-Reeleccionista de Francisco Madero. Después de ayudar a ganar la batalla de Ciudad Juárez en mayo de 1911, se retiró del ejército feliz y contento solo para regresar a la contienda para luchar contra la rebelión de Pascual Orozco en 1912. Después del asesinato de Francisco Madero en 1913, Villa organizó un ejército con hombres que eran descendientes de los colonos militares que se habían asentado en el norte de México para luchar contra los indios a comienzos de los 1700s.

Mientras estuvo a cargo del estado de Chihuahua, de finales de 1913 a 1915, Villa asumió el control de grandes terrenos, al mismo tiempo que exigía pagos de los dueños de minas. Estos pagos y las ganancias de las tierras financiaban su régimen. Al mismo tiempo, estaba decido a distribuir estas tierras a las masas una vez que la lucha hubiera terminado. Mientras tanto, esos ingresos mantenían a un ejército de viudas y huérfanos, a los desempleados, y financiaban el ejército. Para finales de 1914, él y Carranza habían disuelto su alianza y Villa se alió con Zapata. Dado que Villa era del norte y Zapata del sur, esta alianza estaba destinada a ser de poca duración.

En 1915, Obregón, el general de las tropas de Carranza, obtuvo victorias muy importantes contra Villa. La caballería de Villa fue diezmada por los hombres de Obregón que se encontraban atrincherados. Para 1916, Villa estaba de regreso en Chihuahua. En los días 8 y 9 de marzo, tropas villistas asaltaron la ciudad de Columbus, Nuevo México, en los Estados Unidos, tiroteando el lugar y causando la muerte de 18 personas. Los Estados Unidos enviaron una gran fuerza al mando del general John J. "Black Jack" Pershing para capturar a Villa, pero sin éxito. En 1920, aceptó una amnistía y un retiro. Fue asesinado en Hidalgo de Para en 1923 para evitar que se rebelara con De la Huerta contra Obregón.

"Col. Villa." Prints and Photographs Division, Library of Congress. Reproduction Number: LC-DIG-ggbain-09255 (digital file from original neg.)

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Villa se une a la revolución y se convierte en un comandante maderista

Villa se opuso al monopolio económico ejercido por la familia Terrazas en Chihuahua. Francisco I. Madero, hijo de una acaudalada familia de hacendados en Coahuila, se opuso al presidente Díaz. Aunque Villa apenas estaba interesado en política, apoyaba los esfuerzos de Madero contra el porfiriato. Después de que Madero publicara el “Plan de San Luis Potosí”, Villa y muchos otros observaban los acontecimientos con interés.

El líder maderista en Chihuahua, Abraham González, invitó a Villa a unirse al movimiento. Villa se convirtió en el lugarteniente de Castulo Herrera, que se encontraba al mando de un grupo de trabajadores. Después de su primer enfrentamiento contra tropas federales, Villa aumentó por doce el número de hombres bajo su mando, porque él se identificaba con la población rural.

Cuando Madero se exilió en San Antonio, Texas, en 1910, sus seguidores tuvieron dificultades para apoyar su campaña presidencial. Muchos, como Pascual Orozco, simplemente querían deshacerse de Terrazas, porque desconfiaban de los políticos ricos y sus movimientos. A pesar de resistirse a una acción militar contra Ciudad Juárez, y de caer herido en Casas Grandes, Madero pudo revitalizar su movimiento, pues la gente vio como había arriesgado su vida por la Revolución.

Villa y Orozco ganaron batallas para la causa Anti-Reeleccionista, pero Madero eligió la lealtad de Villa sobre la independencia de Orozco. El éxito de Villa fue un resultado directo de su fuerte liderazgo, a pesar de que carecía de una formación formal. Sus tropas estaban bien disciplinadas y respetaba a la población civil. Villa fue particularmente sensible a las necesidades de los hacendados estadounidenses, debido a las experiencias que había tenido con ellos en el pasado. Gracias a su conducta, su liderazgo generó el apoyo de sus compatriotas y una relación diplomática favorable con EEUU.

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Los indios Tarahumara bajo Francisco Villa

Las Montañas de la Sierra Madre Occidental, en el estado de Chihuahua, donde vivían los indios Tarahumara, poseían abundantes recursos naturales. Las minas de cobre y hierro atrajeron el interés de compañías y capital extranjeros. Los magnates del petróleo estadounidenses estaban ansiosos por explotar sus reservas, y gran parte del territorio que se extendía por las tierras tribales prometía grandes beneficios. Chihuahua, bajo el control de Terrazas y su yerno Enrique Creel, se convirtió en el centro neurálgico de la modernización porfirista cimentada con el trabajo indígena.

La población Tarahumara, al igual que los Yaqui y Mayo en los estados vecinos, decidió resistir al porfiriato por su pobreza y por la necesidad de proteger su propia cultura. Entusiasmados por los discursos de Francisco Madero, los indios Tarahumara se unieron a las filas del ejército rebelde de Francisco (Pancho) Villa.

Su conocimiento del escabroso y difícil terreno de las montañas de la Sierra Madre y su capacidad para cubrir grandes distancias a pie, los hicieron muy buenos rastreadores. Por ejemplo, fueron capaces de conseguir información vital para Villa y su Ejército del Norte durante el preludio a la batalla de Ciudad Juárez en Marzo y Abril de 1911. Al penetrar las líneas del enemigo, los rastreadores Tarahumara pudieron vigilar los movimientos de las tropas federales, permitiendo a Villa y a sus generales desplegar sus tropas a posiciones más favorables. El ejército rebelde ganó la batalla, dando a Pancho Villa y los rebeldes la victoria que necesitaban. Los Tarahumaras servirían con distinción durante la primera fase de la guerra revolucionaria en México.

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Los indios Yaqui bajo el General Álvaro Obregón

En el norte del país, la inversión internacional y nueva maquinaria tuvieron como resultado una industria minera mucho más productiva. El desierto de Sonora se convirtió en el lugar ideal para la extracción de recursos naturales, pero el auge de la minería afectó al pueblo Yaqui de singular manera. Como ellos eran la fuente principal de mano de obra, muchos habían dejado sus pueblos y aldeas para irse a vivir a las ciudades de las compañías para estar más cerca de las minas. Como dependían tanto de la industria, los Yaquis, además de percibir bajos salarios, fueron sometidos a condiciones de trabajo infrahumanas. Pero esas mismas condiciones también se podían apreciar en las haciendas del entorno. El gobierno de Díaz intentó, sin éxito, aliviar la situación, y el creciente empobrecimiento de la población, no hizo sino crear un sentimiento de resistencia por todo el territorio Yaqui. Hubo numerosos enfrentamientos con las tropas federales y los Rurales por todo el estado. Su oposición al porfiriato desembocó en una guerra abierta en la década de los 1880 y principios del siglo XX.

En 1910, los Yaquis se unieron al ejército mexicano bajo el gobernador José María Maytorena para frenar un movimiento rebelde bajo el mando del general Pascual Orozco. Al final, sin embargo, se unieron al ejército rebelde bajo el general Álvaro Obregón y ayudaron a los rebeldes a ganar la guerra. Su conocimiento del terreno, el uso de las tácticas de la guerra de guerrillas, y su disposición a luchar contra las fuerzas federales, hicieron de ellos una fuerza formidable. El general Obregón los usó como rastreadores y en la infantería para motivar a sus tropas. Su confianza en ellos era tal que puso a algunos en su estado mayor.

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Los indios Mayo y la Revolución

La modernización de México también afectó a los Indios Mayo en Sinaloa. Poco a poco habían ido perdiendo sus tierras en detrimento de los hacendados y entes internacionales. Fueron forzados a abandonar sus pueblos y, al igual que los Yaquis en Sonora, se convirtieron en trabajadores para otros. En la década de los 1890, a medida que compañías extranjeras se establecían en México, los Mayo vieron en la United Sugar Company, una corporación estadounidense, una salida a su situación. Cuando los Mayo comenzaron a trabajar para esta compañía extranjera, los hacendados de la región tuvieron que hacer frente a una fuerza laboral reducida.

Cuando la United Sugar Company adquirió más tierras, bajó los salarios, y se hizo tan explotadora como las haciendas del lugar. Ahora los Mayo no tenían influencia y quedaron todavía más a la merced de las compañías y haciendas. Cuando Francisco Madero llamó a la resistencia contra el porfiriato, los Mayo se unieron a la lucha.

La Revolución Mexicana los incorporó al ejército maderista. Los Mayo, ansiosos por demostrar su valía, lucharon junto a los Yaqui y campesinos mestizos y se convirtieron en una fuerza impresionante para los generales Calles y Obregón, aportando su gran conocimiento del terreno de Sinaloa y los peligros que encerraba. A medida que iban sumando victorias contra los ejércitos federales, comenzaron a controlar partes de sus tierras ancestrales. Al término de la primera fase de la Revolución, los Mayo esperaban ser recompensados por sus servicios con la devolución de sus tierras, pero la reforma agraria durante el gobierno de Madero fue muy despacio, por lo que nunca llegaron a recibir las tierras por las que habían luchado tan valientemente.

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Francisco Madero y sus consejeros (1911)

Aunque Francisco Madero se convirtió en el líder de la Revolución Mexicana, él estaba siendo apoyado considerablemente por un grupo de hombres del estado de Chihuahua, siendo el más destacado Pascual Orozco, quien pudo reclutar un buen número de hombres para luchar bajo la bandera de los anti-reeleccionistas. Esta foto tomada en El Paso, Texas, muestra a los líderes de la Revolución. Éstos incluyen José María Pino Suárez (#1), que fue vice-presidente bajo Madero, Venustiano Carranza (#3), que llevó a los Constitucionalistas a la victoria, Francisco “Pancho” Villa (#10), Emilio Vázquez Gómez, a cuyo hermano le habían prometido la vice-presidencia (#4), Francisco Madero (#5) y, por supuesto, Pascual Orozco (#9).

Francisco Madero y sus consejeros, 1911. Prints and Photographs Division, Library of Congress. Reproduction Number: LC-DIG-ggbain-11241 (digital file from original negative).

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Victoria de las fuerzas de Madero en Ciudad Juárez/Muerte de Aquiles Serdán (litografía de José Guadalupe Posada)

Esta postal ilustrada por el famoso José Guadalupe Posada incluye dos canciones populares en el reverso. Una es en honor de la victoria maderista en Ciudad Juárez, en el estado norteño de Chihuahua, y la otra trata de la valentía del gran amigo y partidario de Madero, Aquiles Serdán y su familia, en el estado de Puebla. La yuxtaposición es un tanto extraña, dado que el heroísmo de Aquiles Serdán y su familia tuvo lugar en noviembre de 1910 y la conquista de la ciudad tuvo lugar en mayo de 1911, pero fueron puestas juntas bajo el título “Cantos populares Maderistas”, para que la gente las comprara y las cantara. Aquiles Serdán se rebeló el 18 de noviembre en respuesta a la llamada de Madero para una revolución el 20 de noviembre. Su casa fue rodeada por tropas, cuyos disparos prendieron fuego a la casa y mataron a todos los que estaban dentro. Fue un acto noble, con terribles consecuencias. No obstante, el sacrificio de Aquiles Serdán fue recompensado cuando los maderistas tomaron Ciudad Juárez seis meses más tarde.

La entrada a Ciudad Juárez canción popular. Al heroico Aquiles Serdán.. Call Number: PGA - Vanegas, no. 44 (A size) [P&P]. Page 2Prints and Photographs Division, Library of Congress.

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La política y la batalla por Ciudad Juárez

Villa y Orozco ayudaron a fortalecer la autoridad de Madero al atacar Ciudad Juárez, algo que se consideraba como un imposible antes de que Madero se ganara su apoyo. El presidente Díaz, consciente de las desastrosas consecuencias si las tropas federales fuesen derrotadas en Ciudad Juárez, solicitó unas negociaciones para evitar una confrontación. Madero aceptó, considerando la estabilidad política por encima de triunfos militares. Él quería conservar su relación con el ejército federal, ya que era su intención utilizar las instituciones gubernamentales que Díaz había establecido. Madero no consideró ni a Villa y ni a Orozco como parte del futuro; sólo los vio como meros instrumentos en la consecución de sus objetivos políticos.

Irritados por la pasividad de Madero y la posibilidad de una dictadura prolongada, Villa y Orozco disimularon un ataque marchando hacia EEUU, ordenando a sus tropas a que dispararan intermitentemente a las fuerzas federales para provocar una reacción. Madero permitió que la lucha continuase cuando los acontecimientos se intensificaron fuera de su control.

El plan de Villa y Orozco fue todo un éxito, y los rebeldes vencieron a las fuerzas federales en Ciudad Juárez. Como el líder oficial de la Revolución, Madero forzó al presidente Díaz a firmar el Tratado de Ciudad Juárez el 21 de mayo de 1911. El tratado exigía la disolución del ejército rebelde, la renuncia de Díaz y su exilio permanente.

Revolucionarios entrando en Juárez (1911). Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ggbain-10231

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Mapa de México en 1911

Cuando México consiguió su independencia de España en 1821, comprendía todo su territorio actual, menos el estado de Chiapas, así como también, lo que hoy son los estados estadounidenses de Texas, Nuevo México, Arizona, California, y partes de Colorado, Nevada, y otros lugares. Perdió mucho de este territorio como consecuencia de la guerra con los Estados Unidos (1846-1848) en el Tratado de Guadalupe Hidalgo y después vendió otra parte para completar los estados de Arizona y Nuevo México (la Compra Gadsden/La Mesilla) en 1853.

Al principio, el problema más serio en la nueva frontera eran las redadas indias, que Estados Unidos habían prometido a México en el Tratado de Guadalupe Hidalgo que lo defenderían contra ellas, pero no lo cumplieron. Estas depredaciones estaban acompañadas de ataques de famosos filibusteros como William Walker, quien invadió Baja California y Sonora en 1853.

Durante la Revolución Mexicana, las ciudades a lo largo de la frontera eran muchas veces actores dentro del drama que se estaba desarrollando. Estas ciudades se convirtieron en refugios para toda clase de gentes, unos revolucionarios, otros en busca de apoyo financiero y armamento, y otros fomentando revolución de la manera que podían. Las poblaciones mexicana y estadounidense estaban a veces tan cerca que se podían ver desde sus balcones.

National Geographic Magazine Map of Mexico. Geography & Map Division, Library of Congress. Call Number: G4410 1911 .B3

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El Tratado de Ciudad Juárez (21 de mayo de 1911)

Aunque la Revolución Mexicana “comenzó” el 20 de noviembre de 1910, con una proclama del candidato presidencial, Francisco I. Madero, a los mexicanos para que se rebelaran en esa fecha, la Revolución realmente comenzó con la victoria rebelde en la batalla de Ciudad Juárez en mayo de 1911. Los maderistas tomaron la ciudad el 10 de mayo y Madero formó un gabinete, sin mencionar al general Pascual Orozco, Jr., artífice de la victoria.

El 21 de mayo, Francisco S. Carvajal, en representación del gobierno de Díaz, firmó una convención de paz con el Dr. Francisco Vázquez Gómez, el propio Madero, y José María Pino Suárez, todos fotografiados aquí, para un cese de las hostilidades. Este “Tratado de Ciudad Juárez” estipulaba que las hostilidades cesarían en todo el país, el general Díaz dimitiría como presidente a fines de mes, así como también, el vice-presidente Ramón Corral. También especificaba que Francisco de la Barra, en aquellos momentos Ministro de Relaciones Exteriores, actuaría como presidente interino y convocaría nuevas elecciones. Los estados serían indemnizados por los daños causados durante la lucha y que la reconstrucción y reparación de las líneas de telégrafo y ferrocarril empezarían de inmediato.

Peace Commissioners during the Mexican Peace Commission at Ciudad Juárez, during the revolution against the Díaz government. Prints and Photographs Division, Library of Congress. Reproduction Number: LC-USZ62-118311 (b&w film copy neg.) Call Number: LOT 9563-13 [item] [P&P]

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El presidente interino Francisco León de la Barra (1863–1939)

El abogado Francisco León de la Barra nació en 1863 en Querétaro. Comenzando en 1896, ejerció como embajador en México, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bélgica, y los Países Bajos. En 1909 fue nombrado embajador en los Estados Unidos por dos años, durante los cuales convenció al presidente William Howard Taft a no invadir México.

El presidente Porfirio Díaz lo nombró Ministro de Asuntos Exteriores el 25 de marzo de 1911, pero después de la dimisión de Díaz, de la Barra ejerció como presidente interino del 25 de mayo al 6 de noviembre de 1911. De la Barra tuvo que enfrentarse a rebeldes como Zapata, que continuaba tomando pueblos y estados en el Sur, a los indios Yaqui, que querían separase en el Norte, a los intereses extranjeros frente a los grandes negocios nacionales, y a las necesidades de los trabajadores agrarios e industriales. Sin embargo, los mexicanos esperaban que él solucionase esos problemas y entregase al nuevo presidente un país libre de problemas.

El presidente intentó restablecer la normalidad. Reconstruyó los ferrocarriles y telégrafos, y apoyó a los negocios mexicanos usando fondos de las cuentas en bancos extranjeros. Hizo una llamada a la unidad nacional y abogó por el fin de la violencia de la Revolución, al mismo tiempo que el Congreso aprobaba iniciativas para conseguir que los rebeldes regresaran a la vida privada, o se unieran al ejército federal, y ampliaba los programas del estado para ayudar a los pobres y marginados. Pero no todos apreciaron estos esfuerzos. Intelectuales socialistas, anarquistas y comunistas querían una revolución para cambiar la estructura política y económica del país, mientras que otros buscaban venganza por las atrocidades cometidas por las tropas rebeldes. Por lo tanto, a pesar de sus esfuerzos, de la Barra dejó un México todavía dividido por las diferencias entre las clases y que se debatía entre intereses opuestos. Regresó a la política en 1913 como Ministro de Asuntos Exteriores y al año siguiente fue elegido gobernador del estado de México, dimitiendo al poco tiempo. Abrió un bufete en Europa para negocios extranjeros, pasó el resto de su vida en el extranjero, y murió en Francia en 1939.

Francisco de la Barra. Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-USZ62-120644

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